martes, julio 11, 2006

Alquiler de vientres es un tema de debate

En China un portal de Internet se ofrece como intermediario La desesperación de las parejas que no pueden tener bebés ha alcanzado cotas insospechadas hoy día. La compra ilegal de niños, las adopciones poco transparentes o el recurso de las madres de alquiler han generado un caluroso debate mundial. Mientras muchos doctores son partidarios de la legalización de las madres de alquiler, pero “sin una liberalización total”, grupos religiosos y las leyes de muchos países aún se oponen, informa el portal Terra.Muchas parejas recurren a esta opción y, en cierto modo, no les resulta difícil conseguirlo. En China, un portal de Internet www.aa69.com, ofrece sus servicios —según la página Terra— “como intermediaria entre parejas que no pueden concebir y mujeres dispuestas a ser inseminadas artificialmente a cambio de dinero”. En el caso de estas últimas, no pueden tener más de 32 años, medir más de 1.57 metros, tener buena salud, no haber sido sometidas a ningún aborto, ni padecer miopía grave, entre otros requisitos. El precio que pagarían a las madres sería de 5,000 a 12,500 dólares, dependiendo de su nivel de educación y apariencia física. En otros casos, las parejas interesadas buscan a madres de alquiler por su cuenta, acuerdan la cantidad, realizan un contrato privado y esperan al bebé. En ocasiones, esta práctica no ha sido del todo satisfactoria. Según el periódico español “20 minutos”, una pareja belga contactó con una de esas madres de alquiler por Internet. La mujer fue inseminada artificalmente y el matrimonio acordó el pago de 12,500 dólares. Poco tiempo después, la madre de alquiler, decidió buscar por Internet a otro comprador. Lo encontró y éste le ofreció casi 19,000 dólares por ese bebé. La ley está de parte de la madre biológica, añade el diario. Lo cierto es que casos como éstos ha habido muchos a lo largo de la historia que sobrepasan a las leyes. Incluso en ocasiones las parejas utilizan a propios familiares para concebir mediante inseminación artificial.— Javier Caballero Lendínez

El comercio más cruel

El tráfico de bebés, una práctica presente en todo el mundo La alta demanda en países ricos impulsa la ilegal práctica La mezcla del dolor y la angustia de muchos padres de familia y la posibilidad de otros de hacer negocio fácil se traduce en ganancias de miles de millones de dólares al año en la más cruel “industria” alrededor del planeta: el tráfico de bebés. Las zonas más pobres de China, los pueblos más recónditos de Vietnam o Camboya, las selvas de Perú o los suburbios de las ciudades de Rumanía, entre otros, constituyen una mina de oro para las bandas encargadas de pagar o matar a madres para quedarse con sus hijos recién nacidos o incluso sustraerlos para venderlos al mejor postor, generalmente, parejas procedentes de países desarrollados. Según el periódico español “El Mundo”, Camboya —donde hay 15 orfanatos sospechosos de realizar esta actividad— es el mayor mercado ilegal de bebés, superando a China, la India o incluso a decenas de países africanos. La complicidad de familiares, policías, funcionarios gubernamentales, enfermeras y doctores, además del mismo padre o la madre, previo pago de una suma de dinero variable, hace que esta actividad ilícita alcance límites insospechados. Altos precios Los precios que se pagan por estos niños, de acuerdo con el diario, llegan hasta los 20,000 dólares en Camboya o Guatemala, 17,000 en Perú u 8,000 en la India, aunque estos montos pueden variar si se compran en el mismo país-origen o los bebés deben ser trasladados. En este último caso, el precio ascendería sobremanera. En la otra cara de la moneda está el dinero que las bandas de criminales (si lo hacen) pagan a las madres por los bebés: no superan los 200 dólares. El problema de este contrabando, según los expertos, es el mismo que cualquier otro: la demanda. No hay oferta sin demanda.Como otros tipos de mafias, las que trafican con bebés se sirven de esta premisa para conseguir sus objetivos: padres en países industrializados y muy solventes, quienes no pueden tener hijos no pueden cumplir todos los requisitos para la adopción legal o creen que el tiempo que les llevaría hacerlo es demasiado largo son algunos de los clientes potenciales. O incluso parejas o matrimonios homosexuales cuya legislación en sus países de origen no les permite la adopción legal. Según el portal de “El Periodista Digital”, el uso de Internet ha alentado este contrabando. El pasado octubre fue detenida en China una persona identificada como Chuangxinzhe Yongyuan, quien ofrecía bebés de menos de 100 días “a parejas con problemas de fertilidad” en el portal chino de subastas Eachnet, perteneciente a eBay. Los bebés procedían de la provincia de Henan y eran ofrecidos en casi 3,500 dólares si eran niños y en 2,000 si eran niñas. Las cifras hablan por sí solas. Según “El Mundo”, en Camboya se pueden vender alrededor de 100 niños al mes. Además, “9.5 millones de niños permanecen en orfanatos de países emergentes. China y Rusia son los principales países exportadores de bebés a Occidente”. Los países más “consumidores” de este comercio son Estados Unidos, Canadá y España, “aunque no siempre la adopción de estos niños se realiza de forma transparente”, finaliza el periódico español. En Perú, de acuerdo con el portal “Cimacnoticias”, se calcula que cada año desaparecen cerca de 1,600 menores entre cero y siete años. En algunos casos, las mafias los compran por sumas muy pequeñas a madres desesperadas, solteras, pobres y adolescentes. En otros casos, doctores sobornados les hacen creer a esas mujeres que sus hijos nacieron muertos. El problema parece no tener fin.— Javier Caballero Lendínez.

domingo, julio 09, 2006

Un nuevo paraíso del turismo

Las islas desiertas seducen a los viajeros del bajo costo En Tailandia, China, Bahamas o Maldivas ya es una tendencia El alza del turismo mundial ha inundado prácticamente cualquier rincón del planeta. La clasificación de la Organización Mundial del Turismo (OMT) de los 10 países más visitados del mundo —México es el séptimo—, la eclosión de las aerolíneas de bajo costo y las ideas para viajar barato han brindado más oportunidades al turista de menores ingresos y han cambiado el panorama turístico internacional que antes pertenecía a unos cuantos. Ahora es posible recorrer el mundo a un costo mínimo o descansar en islas paradisíacas con playas de ensueño durante días a precios muy bajos. Ese es el caso del nuevo turismo chino, que ha encontrado en las islas desiertas un nuevo destino. Los habitantes de aquel país, especialmente los pobladores de Shanghái han tomado la veintena de islas desiertas cercanas a la zona como paraíso propio. Sin hoteles, ni restaurantes, ni tiendas de souvenirs, las islas —afirman— son un lugar perfecto para evadirse de la ciudad a un precio mínimo. Según la Oficina Oceánica municipal, la superficie de las islas deshabitadas de Shanghái suma 226 kilómetros cuadrados y una línea de costa conjunta de 309 kilómetros. Según la agencia de noticias EFE, la mayoría de las islas están a solo dos horas del centro de la ciudad. La agencia cita el caso de Tianchi Dao, una isla de 20,000 metros cuadrados y situada a 10 minutos de tierra firme en barca. Los turistas comenzaron a acampar en el lugar hace tres años. “Allí no hay nada, ponemos tiendas y cocinamos en un hornillo al aire libre”, dice uno de los visitantes Gong Xiaokui. Los visitantes contratan los servicios de pescadores y pobladores que posean una barca cercanos a la urbe para que les lleve y les recoja después de la estancia. Pero China no es el único lugar en el que el viaje a las islas desiertas es un hecho. Tailandia, Maldivas o Bahamas, que posee alrededor de 600 islas desiertas y solo 25 habitadas, entre otras, contienen un gran número de paraísos poco explorados y explotados. En muchas ocasiones, las islas se convierten en reservas naturales. Según el profesor Fu Quanshen, de la Universidad Marítima de Shanghái, citado por la agencia EFE, “demasiados turistas podrían ser letales para esas islas. Son pequeñas y están lejos de la tierra. Sus ecosistemas son más frágiles”. Lo cierto es que este tipo de turismo para el viajero de bajo costo no deja de subir.— Javier Caballero Lendínez