Los ladrones toman a los bancos como objetivo principal
Los robos a bancos se han convertido en un lucrativo negocio. Solo en la Unión Europea, se produce un asalto a una entidad bancaria cada 90 minutos, según la Federación Bancaria Europea, lo cual se traduce en más de 5,800 robos al año, informa la cadena de noticias BBC en su página web.
En América Latina, la situación es especialmente grave en Brasil, Colombia, Argentina o México, donde en los últimos años se han producido los mayores robos bancarios de la región.
En México, el titular de la Secretaría Pública capitalina, Joel Ortega Cuevas, informó que el año pasado se ha seguido con la tendencia a la baja que comenzó en el 2003 en torno a los robos bancarios. Sin mencionar datos concretos, los asaltos cayeron entre 30 y 40% respecto a 2004 con 108 y los 217 de 2003.
Pero lo peor de todo es “la proliferación de nuevas tendencias más preocupantes: la violencia de cierto modus operandi y los sofisticados instrumentos que utilizan los perpetradores”, informa la Federación Bancaria Europea.
La historia negra de los “megarobos” bancarios en el nuevo siglo ha comenzado pronto. Las estrategias juegan un papel fundamental en la historia de un asalto de grandes magnitudes.
Un plan muy estudiado
En Irlanda del Norte ocurrió un robo de gran magnitud en la sede central del Northern Bank en la capital, Belfast. En él, los ladrones se llevaron un botín de más de 50 millones de dólares. El atraco se cometió en la mañana del lunes 20 de diciembre de 2004, después de secuestrar durante todo el domingo a dos ejecutivos de la entidad y sus respectivos familiares, informó el diario “The Belfast Telegraph”.
Los asaltantes obligaron a los ejecutivos a asistir al trabajo como un día cualquiera. Cualquier movimiento en falso y sus familiares serían asesinados. Cuando acabó la jornada laboral, varios individuos entraron en la entidad y vaciaron la caja fuerte.
En Sudamérica, el pasado agosto Brasil fue sacudida por el mayor robo bancario de su historia. 65.2 millones de dólares fueron sustraídos del Banco Central.Según el diario español “El Mundo”, los ladrones rentaron una casa a dos cuadras del banco tres meses antes del robo.
Durante ese tiempo, cavaron un túnel de 200 metros desde la casa hasta la caja fuerte del banco.Según los vecinos, la casa estaba habitada por 10 personas, quienes afirmaban que eran fabricantes de hierba artificial. Así, no extrañaba que cada día cargaran una camioneta con tierra.
Cuando llegaron a la caja fuerte se encontraron con una gran estructura metálica sobre un área de 500 metros cuadrados. Las paredes y el piso tenían un grosor de 2 metros, estaban revestidas de concreto y mallas de acero.
En el interior había sensores de movimiento y cámaras de vigilancia. Los ladrones perforaron el piso, evadieron las medidas de seguridad y tomaron el botín.
“El robo del siglo”
El pasado mes de enero tuvo lugar en Argentina, lo que han llamado “el robo del siglo”, no tanto por el dinero que se llevó (más de 30 millones de dólares), sino por la estrategia seguida por los ladrones para conseguirlo.Según el diario “Clarín”, la banda de asaltantes estaba compuesta por 15 personas. Durante meses construyeron un túnel desde el desagüe de la ciudad de Acassuso, provincia de Buenos Aires, hasta la caja fuerte. Después, huyeron con el botín en barcas inflables sobre el canal hasta salida 14 cuadras más allá del banco.
Según el rotativo, cinco asaltantes entraron en el banco, uno más esperaba en el canal de desagüe con las barcas, cuatro simularon ser trabajadores que laboraban en la salida del desagüe, otros dos esperaban con sendos autos para escapar y los dos últimos se hacían pasar por rehenes.
Los asaltantes estuvieron durante horas en la sucursal y llamaron la atención de los policías, quienes rodearon el banco.
Tras vaciar varias cajas de seguridad, los atracadores se dieron a la fuga por el túnel. Cuando la policía lo halló, habían pasado 5 horas y ya era demasiado tarde para atraparlos. Las investigaciones en este caso siguen y comienzan a recogerse los primeros frutos.— Javier Caballero Lendínez
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