domingo, septiembre 03, 2006
Un mundo de elefantes blancos
Decenas de diseños no logran despegar una vez edificados
Los elefantes blancos esparcidos por el mundo son muchos, algunos de ellos dignas representaciones de lo caro, inservible y poco rentable que a veces resulta un sueño empresarial transformado en paredes, pisos o techos.
Según el portal www.diarioextra.com, de Costa Rica, un ejemplo de ello es el Aeropuerto Internacional de Kansai, en Japón, construido en una isla artificial.
El proyecto, una obra maestra del diseño, aspiraba a convertirse en un icono de la aeronáutica mundial. Y así fue, pero en cuanto al altísimo costo ya que por culpa del hundimiento constante de las terminales en el agua, el aeropuerto se convirtió en el trabajo de ingeniería civil más caro de la historia moderna, tras 20 años de planificación, tres años de construcción, y miles de millones de dólares invertidos.
Pero si de construcciones colosales se habla, no hay que dejar a un lado el Hotel Ryugyong, en Corea del Norte, un rascacielos de 105 pisos y 330 metros de altura —el décimo edificio más alto del mundo— el cual actualmente está abandonado. Según los expertos la utilización de este edificio es limitada ya que los materiales usados para su construcción no son del todo fiables, informa la web italiana www.mascellaro.it.
En México, según la página web www.exposwtc.com, uno de los elefantes blancos más clamorosos fue el Hotel de México, edificación que dio paso al World Trade Center de la Ciudad de México.
Según la revista “Cal y Arena”, el suntuoso proyecto tendría 219 metros de altura. Además, constaría de 51 pisos para alojar a 3,100 personas en 1,508 habitaciones hexagonales, entre ellas 1,118 recámaras, 132 suites ejecutivas, tres suites ministeriales y dos presidenciales.
Pero el proyecto fue reciclado. El Hotel de México era un abismo financiero. Más de 70 millones de dólares quedaron sepultados en la estructura del hotel. Al final, medía 194 metros y ya no era el edificio más alto de la ciudad.
Según la colombiana Universidad del Valle, en Texas, el Superconductor Súper Collider, un acelerador de partículas, fue planeado para ser el aparato científico más grande y costoso del mundo. Se haría en un túnel gigante.Infortunadamente, en 1993, cuando el costo previsto excedió los 10,000 millones de dólares, el Congreso de Estados Unidos canceló el megaproyecto en medio de un gran debate.— Javier Caballero Lendínez
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